martes, 19 de junio de 2012

Madre solo hay una


Ay madre, ¡cuánto te quiero!

He nacido diferente de los demás
mi mundo, es un mundo de ensueños,
todo se transforma en felicidad
como si yo fuera su dueño.

Lo comparo con el tuyo
y no me gusta lo que veo,
la falta de comprensión y amistad,
me provoca desespero.

Cuando salgo a jugar a la calle
me siento solo y perdido,
los niños se ríen de mí
me dicen: -lo tienes prohibido.

Yo me pongo a llorar
pidiéndoles explicaciones,
pero se burlan, me dan de lado,
por tener otras facciones.

Subo a casa madre
y en seguida, te das cuenta de mi tristeza,
me abrazas, me besas,
acariciándome la cabeza.

Entonces me cuentas historias
con mucho tacto y sutileza,
volviendo a retornar a mi mundo
con toda alegría, sin flaquezas.

Tú te pones a llorar en silencio
para que no me dé cuenta,
y salgo corriendo hacia ti
haciendo tonterías, para tenerte contenta.

Ay madre, ¡cuánto te quiero!

Sé que antes de nacer
te dijeron que conmigo sufrirías,
pero a ti te daba igual
porque también alegría llevarías.

Ahora comprendo tu amor, la pasión,
que me empezaste a dar en la cuna,
lo que la gente suele decir
¡Qué madre solo hay una!¡



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